martes, 10 de mayo de 2011

PASADOS

A veces para purgar el pasado se abre una herida profunda sobre invisibles cicatrices,
él se ha visto horrorizado entre los espejos pasados, en aquel pasillo oscuro.

Ya muerto de día, ya muerto de noche, tocando a ciegas el alma extraviada el espectador
inadvertido abre la puerta a un torrente sangriento de demonios y como un sueño convertido
en pesadilla y una euforia en nostalgia, ha sentido pasmoso sus últimos pasos entre páginas.

Los ojos retienen acuosos sentimientos que renacen de lo oculto con alocadas angustias
¡santo cielo! Esa visión es más conocida que tu mismo, son las viejas demencias, olvidos
y lejanías de espíritu entre el pavor familiar.

¿cuantas alquimias del dolor atravesaste?
¿cuantas orgias infernales tuviste que conocer y sufrir para quedar en paz con los antiguos y contigo mismo? mis lúgubres horas solo han reclamado el hogar del rocío, la pura y bella vida de la infancia, y como me encuentro aquí inerte sintiendo a la inocencia perdida cuando se abren los ojos al dolor dejando atrás las risas y el sueño luminoso.

Lohengrin

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